jueves, 12 de abril de 2012
Capitulo 24
Llegamos a casa de Dany y Diego y nos fuimos a la cocina allí se encontraba su madre preparando la comida, y cuando me vio se
fue lanzada hacia mi.
-¡¡¡Cariño!!! ¿Te encuentras bien amor?, he estado muy
preocupada por ti, me lo han dicho los chicos cuando ha venido
Jessy corriendo como una loca– dijo ella sonriendo al pronunciar “como una loca” y tenía mucha razón Jessy esta muy loca pero es uno de sus defectos que me encanta porque es como mi hermana.
-Estoy bien solo a sido una caída de nada – dije yo sonriendo.
-Bueno pero tienes que recuperar fuerzas eee ahora mismo a
comer y MUCHO – dijo ella.
-Vaaaaaale – dije yo con mi mejor sonrisa para que no viera que
tenía un poco de dolor por la caída, porque me dijo Matt que me
había golpeado con la tabla en la cabeza pero por suerte no
había olvidado nada porque solía pasar, al menos eso es lo que
me había dicho.
-Que susto me habias dado – dijo Jessy girándose hacia mi.
-Pues haber estado solo a sido una caidita de nada además
cuantas mas veces me caiga mejor lo hare ¿no? – dije yo.
-Bueno… pero no me des esos sustos ¿vale? – dijo Jessy con
cara de enfadada.
-Bueno vamos a comer – dijo Dany.
-Pero mira que eres pesado – dije yo un poco cabreada.
-Si porque no quiero que te pongas mala por no comer nada –
dijo el con cara de enfadado.´
-¡Pero si como mas que tu! – dije yo muy cabreada porque no me
gusta que me digan que no como nada, cuando eso es mentira,
soy la que mas como de mi familia.
-Mentira mira esto – dijo enseñándome sus bíceps.
-Huy pero si no tienen nada – mentira, cochina, podrida, ¡huy! Que
bíceps que tenía el tío…
-Si que tienen toca,toca – dijo señalándome su brazo y claro yo ya
estaba apunto de tocarlos pero como no alguien me interrumpió.
-Bueno seguís demostrándoos vuestro amor o vamos a comer ya
de una vez que Jenny estará muy débil – nos sorprendio la voz de
Diego de la cocina.
-¡¡¡Enano!!! Déjame en paz – dijo Dany, pero parecía que se había
puesto colorado.
-¡¡Oye!! Pero que es muy feo – dije yo sonrojándome un poco, muy
bien disimulado.
-Y yo no soy feo – dijo Daniel.
-No que va eres horrible – dije yo contestándole.
-Bueno vamos que sino se enfria – dijo Diego un poco arto la
verdad se le notaba en la cara.
-Claro.
Me dirigí hacia la cocina de donde sonaba la voz de Diego, con
Daniel pisándome los talones.
-A por fin llegais – dijo su madre.
No contestamos.
Nos pusimos a comer y terminamos enseguida, y cada uno nos
fuimos a nuestra habitación.
Cuando llegue a mi habitación me puse a escuchar música y
entre en el ordenador llame a Jessy y nos hicimos unas fotos con
la webCam nos pusimos un traje para cada foto, un peinado, nos
maquillamos diferente, incluso nos cambiamos de pulseras,
anillos, pendientes… en total salieron unas 50 fotos sin repetir
ropa ni nada y aún nos sobraban ideas pero ya se hicieron las
4:30 y como no me quise ir a la playa a surfear un poco, nadar,
tomar el sol, charlar,…
-Bueno nos vamos a la playa ¿o que? – le pregunte yo a Jessy.
-Pues claro me muero de ganas de ver a tios buenos y la playa
es el mejor sitio ¿o no? – me pregunto ella.
-Pues claro – dije sonriendo – que cosas que tienes…
-Eso que cosas que tengo…
Nos empezamos a reír cogimos los bikinis y nos fuimos a la
playa.
Cuando llegamos había unos cuantos chicos surfeando y uno
me pareció que lo conocía de algo, mira a Jessy y se le estaba
cayendo la baba mirándolos como no.
No pude evitar echarme una carcajada.
-¿Que te pasa? – dijo Jessy.
-Nada, nada – dije yo aún riendo.
-Bueno si tu lo dices…, pues si que están buenos ¿o no? – dijo ella sin parar de mirarlos.
-Si, si que están buenos, pero uno me resulta familiar no sé de que – dije yo dudosa.
-Si, si que es verdad además si que lo conoces ¿no lo
recuerdas? – dijo Jessy.
-Pues no la verdad me suena mucho pero no sé de que – dije yo.
-Es el chico que te salvo la vida Jenny ¿enserio que no lo
recuerdas? – dijo ella.
-¡A!, es Matt ¿no? – le pregrunte.
-Si es Matt y parece que viene hacia aquí – dijo ella sonriendo y se metió en el agua.
Parece ser que tenía razón aquel chico venía hacia aquí.
-Hola Jenny ¿Qué tal te encuentras? – dijo el.
-Mejor, gracias por preguntar – dije yo sonriendo la verdad es que era muy mono.
-¿Te hacen unas olas? – pregunto el.
-Pues claro – dije yo.
-Pero esta vez no te caigas ¿vale? – dijo el.
-Pero que te crees que lo hice aposta ¿o que?, que llevo mucho
tiempo sin surfear ¿sabes? – le dije yo.
-Bueno pues espero que le cojas la practica ¿prometido? – dijo el.
-Prometido, pero me tendrás que enseñar algunos trucos ¿ee? –
dije yo.
-Pues claro, para que llegues a ser una profesional – dijo el.
-Pues antes lo era con un poco de práctica te supero eso seguro
– dije yo.
-Si, seguro no te lo crees ni tu – dijo el.
-Pues claro que me lo creo yo – dije yo.
Después de una larga…creedme muy larga conversación nos metimos en el agua con las tablas de surf.
-Esa ola es ¡¡¡¡MIA!!!! – dije yo lanzándome a por ella.
-Pero que dices yo la he visto primero mona es mia – dijo el nadando también hacia ella.
Yo llegue primera y me puse a hacer piruetas y demás pero al probar una que me enseñaron muy difícil me caí.
-¿Estas bien? – dijo Matt acercándose a mí nadando con las dos tablas de surf porque la mía se había ido un poco lejos la verdad.
-No si me hubieras enseñado antes no me hubiera caído ¿sabes? – dije yo.
-Claro que lo se pero me tendras que pagar las clases – dijo el.
-¿Como? Encima pues me busco otro profesor que me enseñe – dije yo, cogiendo mi tabla y yéndome hacia la orilla.
-Bueno vale no te cobro pero me tienes que dar tu número a cambio y una cita – dijo el.
-Bueno si eso me paga las clases de surf, la cita no hace falta que entre en el bote te la iba a dar igual – dije yo sonriendo.
-Mejor entonces me conformo solo con el número de teléfono la cita no entra porque me has dicho que si ¿no? – dijo el dudoso.
-Claro que te he dicho que si tontorrón – dije yo abrazándolo y
dándole una pequeña colleja.
-Bueno entonces, ¿te paso a buscar a las ocho? – dijo el.
-Pues claro pero estate puntual ¿vale? – dije yo.
-Como no – dijo el.
Salímos del agua y yo me fui a por mi toalla donde me esperaba Jessy.
-Bueno, bueno… ¿que tal, que tal? – dijo ella.
-¡¡¡Genial!!! me a pedido una cita – dije yo sonriendo más feliz que una perdiz.
-Ya se nota ya no paras de dar saltos de alegría – dijo ella.
Y la verdad tenía razón no paraba de dar saltos de alegría, menos mal que Matt y sus amigos ya se habían ido.
-Bueno y tu que has hecho hasta ahora que hace mogollón de rato que no nos vemos – dije yo.
Llevábamos una hora sin vernos y ya me moría por no verla es que ella a sido siempre una hermana para mi…
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